Científicos descubren que las hormigas se comportan como los seres humanos; pero... ¿y los seres humanos como quienes se comportan?
“Entonces Dios dijo, —Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza… Así Dios creó al hombre a su propia imagen, a la imagen de Dios él fue creado, macho y hembra Él les creó” (Genesis 1:26-27)
Aunque las hormigas tienen fama de trabajar en grupo y poner el bien común delante del individual, una investigación revela que sus colonias son un semillero para desarrollar comportamientos egoístas y corruptos, lo que las hace similares al ser humano.
Los científicos descubrieron que algunos machos pasan el gen selectivamente para asegurarse que sus descendientes se conviertan en reinas reproductoras y no en simples obreras.
El estudio, publicado en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences de EE. UU. (Anales de la Academia Nacional de las Ciencias), utilizó las huellas de ADN recogidas en cinco colonias de hormigas forrajeras.
Sus conclusiones revelaron que las oportunidades de una larva de llegar a ser reina dependían, en gran parte, de quién era su padre.
Ventaja injusta
Previamente, los científicos se habían mostrado firmes al señalar que la especie de hormiga objeto del estudio era un modelo de democracia y de cooperación social.
Se creía que la nutrición era el secreto de la "realeza". A algunas larvas se le deban ciertos alimentos, que permitían su desarrollo hasta convertirse en reinas.
Sin embargo, la realidad demostró que las hormigas que reciben el gen real tienen una ventaja injusta sobre las demás.
El doctor Bill Hughes, investigador de la Universidad de Leeds, (Reino Unido), tuvo a su cargo la investigación.
"Suponíamos que el principio central de las sociedades de carácter social estaba basado en la igualdad; pero hemos descubierto que eso no es así, ya que muchas hormigas están haciendo trampa a favor de la realeza", dijo B. Hughes.
«La corrupción de las hormigas nace en la familia real, específicamente en las hormigas que portan el llamado gen "real".»
Los científicos descubrieron que algunos machos pasan el gen selectivamente para asegurarse que sus descendientes se conviertan en reinas reproductoras y no en simples obreras.
El estudio, publicado en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences de EE. UU. (Anales de la Academia Nacional de las Ciencias), utilizó las huellas de ADN recogidas en cinco colonias de hormigas forrajeras.
Sus conclusiones revelaron que las oportunidades de una larva de llegar a ser reina dependían, en gran parte, de quién era su padre.
Ventaja injusta
Previamente, los científicos se habían mostrado firmes al señalar que la especie de hormiga objeto del estudio era un modelo de democracia y de cooperación social.
Se creía que la nutrición era el secreto de la "realeza". A algunas larvas se le deban ciertos alimentos, que permitían su desarrollo hasta convertirse en reinas.
Sin embargo, la realidad demostró que las hormigas que reciben el gen real tienen una ventaja injusta sobre las demás.
El doctor Bill Hughes, investigador de la Universidad de Leeds, (Reino Unido), tuvo a su cargo la investigación.
"Suponíamos que el principio central de las sociedades de carácter social estaba basado en la igualdad; pero hemos descubierto que eso no es así, ya que muchas hormigas están haciendo trampa a favor de la realeza", dijo B. Hughes.
Corrupción en el reino
Las líneas genéticas son raras en cada colonia, algo que ha llevado a los científicos a descubrir que las hormigas diseminan astutamente su esperma en distintas colonias para que no se note la ventaja injusta que le dan a sus descendientes.
«Si demasiadas larvas se convierten en reinas, el desequilibrio podría ser descubierto por las hormigas trabajadoras (comunitarias), y estas tomarían medidas contra sus dirigentes.»
"Cuando uno estudia insectos sociales como las hormigas y las abejas", señala el doctor Hughes, "es el aspecto cooperativo de su sociedad lo que primero se destaca; sin embargo, cuando se observa más profundamente se puede ver que existen conflictos y trampas, lo cual las hace similares en comportamiento a los seres humanos."
"Se creía que las hormigas eran una excepción, pero nuestro análisis genético mostró que en su sociedad la corrupción es endémica". Concluyó Hughes.
Referencia: BBC Mundo
