TELEPATÍA INTERGALÁCTICA


Es probable que la telepatía intergaláctica sea la mejor forma de contactar con inteligencia extraterrestre; esto en principio puede parecer una idea algo descabellada, pero contra lo que indican las apariencias la idea puede no ser tan ilógica al fin de cuentas...

Hallar vida extraterrestre enviando señales de radio con fórmulas matemáticas es poco probable. Simplemente porque el cosmos es enormemente vasto, ya que tan sólo para llegar al otro lado de nuestra galaxia -una entre miles de millones- el mensaje tardaría 100 millones de años. Así que habría que esperar otros 100 millones de años para recibir una respuesta. Y, cómo dice Rupert Sheldrake, para ese entonces "¿quién se va a acordar de la pregunta?". Así que si realmente queremos tener un buen prospecto para encontrar vida inteligente en otras partes del cosmos, debemos probar con algo más veloz que la velocidad de la luz. Esto es un problema para la ciencia, ya que aunque podemos pensar que nuestra tecnología va a aumentar exponencialmente, no existen indicios de que podamos viajar más rápido que la velocidad de la luz, si tomamos en cuenta las constantes universales aceptadas hoy en día y el límite que representa la velocidad de la luz.

Sheldrake, aunque tiene un pedigrí científico -estudió en Cambridge y demás-, pero no es un científico que piense como la mayoría. La alternativa para resolver este predicamento, según él, es lo que la ciencia llama "el problema duro": la conciencia. La ciencia no sabe realmente qué es la conciencia; incluso, algunos científicos niegan su existencia o la rebajan a un mero epifenómeno de la complejidad de la materia. Sheldrake, quien es uno de los principales investigadores de la telepatía (aquí puedes consultar su evidencia), considera que la conciencia no sólo es fundamental sino que existe más allá del cuerpo; existe como un campo, como una mente extendida. Sus experimentos con telepatía le hacen pensar que en lugar de invertir en millonarios proyectos como el SETI podríamos invertir en estudiar y desarrollar nuestra propia conciencia, y esto nos brindaría un método para responder a las grandes preguntas de la actualidad -ya no sólo sobre la existencia de Dios, sino sobre vida extraterrestre inteligente-. Entra entonces la "telepatía intergaláctica" (Sheldrake habla sobre esto en el minuto 1:18:00 en este video).


La idea suena descabellada, pero si uno la considera sin prejuicios, no lo es tanto. Y es que si la conciencia es fundamental y existe en todas las cosas, como muchos científicos empiezan a observar (gracias a la aceptación que está teniendo el panpsiquismo entre algunos de los neurocientíficos y filósofos más reputados, como Christopher Koch o Thomas Nagel), entonces es posible que haya enormes difusiones de conciencia, no sólo seres parecidos a nosotros. No sólo los animales, las plantas o los cristales podrían tener algún tipo de conciencia; también las estrellas, las galaxias e incluso el universo mismo podría ser algún tipo de superconciencia integrada. Pese a que la conciencia es lo más fundamental e íntimo que tenemos -todo lo demás es una inferencia- no conocemos realmente qué es y, menos aún, sus límites. Así que, por lo menos, sondear la conciencia debería ser tan importante como sondear las profundidades del espacio cósmico. Y quizás al hacerlo nos llevemos la sorpresa de que al profundizar en nuestro conocimiento de la conciencia logramos descifrar los secretos más remotos del universo.

Fuente: Pijamasurf