SIGNIFICADO vs. FELICIDAD



Un reciente estudio muestra que las personas que son felices pero tienen poco o nada de significado (propósito) en su vida tienen la misma expresión en los genes que las personas que están enfrentando una adversidad crónica.

Los términos hedonismo y eudemonismo aluden al gran debate filosófico que ha dado forma a la civilización occidental por más de 2 mil años acerca de lo que realmente es una buena vida. 
¿La felicidad reside en sentirse bien, como piensan los hedonistas, o en hacer el bien y ser correcto, como pensaba Aristóteles y sus descendientes intelectuales?
Por más de una década la moda de “ser feliz” ha ido en incremento. Basta ver los libros publicados sobre el tema, que van desde dinero feliz hasta felicidad para principiantes. Una de las principales declaraciones de este tipo de libros es que la felicidad está asociada con los buenos resultados, incluyendo la buena salud. Algo así como “entre más feliz eres, más sano estas”.

Pero un nuevo estudio apenas publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences pone en jaque este cursi panorama. La gran sorpresa que arrojó el estudio fue que la felicidad no es tan buena como se presumía.
Los investigadores exploraron específicamente la diferencia entre una vida significativa y una vida feliz. Y aunque de primera mano nos suene extraño, la cuestión es que hay una gran brecha entre ambas, el resultados de la investigación demostró que la diferencia es abismal. La felicidad, en términos populares, está asociada con “recibir” y, al contrario, lo significativo está asociado con un altruista “dar” incondicional.

“La felicidad sin significado (propósito) caracteriza una vida relativamente superficial, narcisista o incluso egoísta en que las cosas van bien, las necesidades y deseos son satisfechos y los enredos difíciles o comprometedores son simplemente evitados”, comentaron los autores del estudio. “El significado, en cambio, es derivado de la contribución altruista hacia otros. En parte lo que hacemos como "Seres" es colaborar con los demás. Esto hace la vida significativa, pero no necesariamente nos hace felices”.

"El mismo estudio también demostró esta diferencia pero a nivel biológico". Se examinaron los niveles (auto reportados) de felicidad y significado en 80 personas. Después de anotar el sentido de felicidad y significado de cada una (reportado por ciertas preguntas personales), los investigadores observaron la manera en que se expresaban sus genes. Encontraron que las personas que son felices pero no tienen mucho significado en su vida, proverbialmente “sólo estoy aquí por la fiesta”, tienen la misma expresión en los genes que las personas que están respondiendo a una larga adversidad crónica. Es decir, los cuerpos de estas personas felices, al activar la respuesta pro-inflamatoria, los están preparando para amenazas bacteriales. La inflamación crónica esta relacionada con enfermedades mayores como el cáncer o los problemas cardíacos.

"Las -emociones positivas vacías-, del tipo que la gente experimenta durante episodios maníacos o euforia artificial inducida por drogas, alcohol, sexo casual, éxitos deportivos, etc. Son tan negativas para el Ser humano como una depresión crónica", apuntó uno de los investigadores. “El problema no es la cantidad de felicidad hedonista, sino que no está alineado con el bienestar eudemónico. Cuando ambos están al mismo nivel es lo mejor. Pero si tienes más bienestar hedonista de lo que se esperaría, es ahí cuando emerge este patrón genético vinculado a la adversidad”.

Debido a la contundente evidencia del estudio, se entiende que sentirse bien no es suficiente. Los Seres Humanos necesitamos un propósito. 

Pregúntate si tienes uno y de tenerlo; pregúntate si es propio... 

Fuente: The Atlantic